EL MALTRATO A LA MUJER, UN PROBLEMA DE LA MENTE.

Creencias como “Las mujeres son más sensibles que los hombres” perpetúan la desigualdad social de la mujer y tienen como consecuencia más trágica la violencia de género. Varias asociaciones en nuestro país, han impulsado programas preventivos con adolescentes para detectar y modificar conductas sexistas. Se pretende combatir el maltrato a la mujer estableciendo un sistema de relaciones basado en la igualdad.
¿El lugar de la mujer es la casa? ¿Es ésta inferior al hombre? Se da por hecho que los jóvenes creen y viven en igualdad porque suelen responder a estas preguntas de manera negativa. Sin embargo, la realidad es otra. Si se usa un vocabulario políticamente correcto, admiten que hay diferencias de género. Y no resulta extraño que las chicas digan: “Somos más pacientes y cariñosas, y es lógico que nos quedemos en casa cuando tengamos hijos”. Es más sutil, está más encubierto, pero sigue siendo sexismo: el efecto más trágico de la violencia de género.
Los esfuerzos por erradicar la violencia hacia la mujer en Panamá apenas surten efecto, pese a una aparente sensibilización social. Las víctimas han aumentado desde 2005, cuando se registraron 55 muertes. En 2008, 62 mujeres fallecieron a manos de sus compañeros sentimentales o ex parejas, cuatro más que el año anterior, según datos del UNFPA Panamá. La vigencia de mitos y falacias sexistas, transmitidos de manera generacional, dificulta la resolución del problema.

Los expertos advierten que las acciones preventivas en materia de violencia de género deben centrarse en las creencias sexistas presentes en niños y niñas, adolescentes y jóvenes, para impedir que se conviertan, en el futuro, en actitudes violentas y discriminatorias, que perpetúen el maltrato a la mujer. Porque estas pautas de conducta interiorizadas inconscientemente desde la infancia, se transforman en prácticas de desprecio y des valoración hacia lo que ellas son o hacen. Que haya hombres que todavía piensen que cuando una mujer dice no quiere decir sí, lo prueba.
Siguiendo las sugerencias de los profesionales, personal de la UNFPA Panamá, imparte charlas preventivas desde hace unos años. Los promotores de esta iniciativa están convencidos de que sólo con la educación y la formación se conseguirá una sociedad más justa, tolerante e igualitaria. El Programa de Género del UNFPA Panamá tiene como meta lograr la Igualdad entre hombres y mujeres realizando un trabajo conjunto con las instituciones estatales y organizaciones no gubernamentales que velan por los derechos humanos de las mujeres. “Si te hace daño, no te quiere. El amor no duele porque amar es compartir, escuchar, dialogar, acariciar… y como siempre hemos dicho amar es dejar de pensar en uno y pensar en los demás.
Ésta no es la única intervención con adolescentes en Panamá. En estos momentos, la agrupación forma a un grupo de 27 personas para retomar la iniciativa el próximo curso sobre la igualdad entre hombres y mujeres. “Para nosotras, la educación en la “no violencia” es el método más eficaz para erradicar esta lacra social que afecta a miles de mujeres”, agregó Rita Méndez, mujer chiricana que forma parte del programa.
La importancia de que Mujeres sigan apostando por esta clase de actuaciones educativas se advierte en los resultados de los primeros talleres, en cuya memoria consta que las ideas y creencias del universo machista continúan vigentes entre la población joven. En sus comentarios todavía se refleja la asunción de que somos diferentes porque hay cosas de chicas y otras de chicos, se afirma en la evaluación, de la que se desprende, además, que desconocen qué es la violencia de género y por qué se produce. Creen que no tiene nada que ver con ellos, por lo que atribuyen a jueces y policía la responsabilidad de solucionar el problema. Según los documentos leídos por este servidor, las mujeres sexualidad secreta y sicología femenina, arte de atraer y conservar el amor, escrito por María Obregón, se plantea un punto muy importante que podemos interpretar de la siguiente manera: algunos hombres no comprenden los cambios químicos y emocionales que ocurre dentro de ese mundo femenino y al no entenderlo, reaccionan cruelmente, porque la mente de algunos no suele estar preparada para comprender el universo complejo de lo que representa ser mujer. Por eso, sumidos en la ignorancia, entienden como un juego los empujones, peleas e insultos entre compañeros, y reducen los actos violentos a las violaciones y a los asesinatos. Y la cosa no queda ahí. La memoria señala que los hombres mantienen ideas de tipo: “Las mujeres sólo quieren que les pongan un billete encima de otro y ya está”; se molestan menos ante comentarios machistas, y ellas asumen su diferencia por ser mujeres, justificando prácticas como volver a casa antes por correr mayor peligro. Por último, la evaluación indica que los adolescentes creen que la mujer está mejor preparada para el cuidado de los hijos, por lo que debe renunciar a su trabajo para atender mejor esta responsabilidad.

Señores, esta es la cruda realidad tenemos que lograr que eso cambie, luchar por la igualdad de derechos y condiciones. No ver a la mujer como un objeto sino ayudar a su desarrollo integral en una sociedad llena de pensamientos machitas que desencadenan violencia.

1 comentario: